Que la añada de un vino se refiere al año en el que se recolectaron las uvas con las que ha sido elaborado es algo que ya conocemos. También sabemos que la añada es uno de los elementos que nos ayudará a evaluar la calidad de un vino y que, en el caso de la D.O.Ca. Rioja, es su Consejo Regulador el encargado de calificar cada añada en una de estas cinco categorías: excelente, muy buena, buena, normal y mediana.
¿Pero cómo califica el Consejo Regulador una añada? ¿Quién o quiénes tienen la última palabra? Hoy os vamos a hablar en profundidad del proceso que lleva hasta el pronunciamiento final sobre la añada, lo que os dará una idea, una vez más, del alto nivel de exigencia con el que se trabaja en la D.O.Ca. Rioja.
La calificación de los vinos
Formar parte de la D.O.Ca. Rioja no es tarea fácil, es algo que te tienes que ganar por derecho propio. Para demostrar que el vino cumple todas las exigencias de calidad, debe pasar una especie de examen final.
Este examen es anual y tiene dos pruebas:
- El examen analítico, que se realiza en el laboratorio.
- El examen organoléptico, que tiene lugar a través de catas.
Este proceso se desarrolla entre principios del mes de diciembre del año al que corresponde la añada y finales del mes de marzo del año siguiente.
Para comenzar, los técnicos del Consejo Regulador recogen, en los mismos depósitos donde ha fermentado el mosto, más de 4.000 muestras que representan el total de los vinos elaborados en la D.O.Ca. Rioja y las trasladan a uno de los tres laboratorios oficiales, situados en los municipios de Haro, Laguardia y Olite.
En estos tres laboratorios se realiza la primera de las pruebas: el examen analítico que determina si, dentro de unos parámetros, el vino se ha elaborado correctamente. Los técnicos del laboratorio determinan si valores como el SO2 total, la acidez volátil y los azúcares reductores se enmarcan en los márgenes que exige tanto la ley como la D.O.Ca. Rioja (que va un poco más allá que la primera).
Quienes aprueben esta fase pasan a la siguiente que, como ya os hemos indicado, es el examen organoléptico, que no es más un examen de los vinos a través de los sentidos, es decir, a través de un proceso de cata. Aquí, los parámetros que se evalúan son, entre otros:
- Tipicidad
- Color
- Limpidez
- Olor
- Sabor
- Calidad
Esta cata es fundamental ya que es la mejor manera no sólo de determinar la calidad de un vino sino también su personalidad riojana. Para realizar estas catas se forman lo que se conoce como Comités de Calificación. Cada uno de ellos está integrado por tres catadores: un cosechero-elaborador, un técnico de bodega y un miembro de la Asociación de Enólogos. Cada comité actúa bajo la supervisión de uno de los técnicos del Consejo Regulador.
En total son más de un centenar los expertos que están involucrados en estos exámenes organolépticos. Como podéis imaginar, es esencial garantizar la independencia en todo momento por lo que la cata se efectúa de manera individual y los comentarios previos están terminantemente prohibidos. De esta forma, se evita cualquier tipo de influencia entre los catadores, que se guían por criterios únicamente profesionales.
De su veredicto depende que un vino sea merecedor o no del derecho a usar la D.O.Ca. Rioja.
La valoración de la añada
Después de que estas 4.000 muestras de las que hemos hablado han sido valoradas, podéis haceros una idea de lo valiosísima que es la cantidad de información de la que dispone el Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja sobre la calidad de los vinos que se han producido ese mismo año.
Sobre esta base y con todo este conocimiento, el Consejo pasa a pronunciarse sobre la calificación global de la añada.
Os preguntaréis si este procedimiento es igual para todas las denominaciones de origen o si sólo es así en La Rioja. Pues bien, si lo comparamos con otras denominaciones de origen, podemos concluir que el procedimiento de calificación de la añada de La Rioja es especialmente objetivo ya que, mientras en algunos casos se sirven de apenas una muestra de una docena de vinos representativos, en La Rioja la muestra se extiende a todas las bodegas.
El veredicto final del Consejo Regulador se refiere a los vinos que se han elaborado ese mismo año, es decir, a los vinos jóvenes, por lo que es necesario completar la información con la evolución de aquellos que tengan un proceso de crianza.
Así que ya sabéis que los vinos que elaboramos en Bodegas Montecillo tienen que pasar un examen anual para poder presumir de pertenecer a la Denominación de Origen Rioja y, también, que antes de que el Consejo Regulador de La Rioja se haya pronunciado sobre si una añada es excelente, muy buena, buena, normal o mediana, ha estudiado la calidad de 4.000 muestras de todas las bodegas de la D.O.Ca. ¿Os ha sorprendido?