No son pocas las veces que os hemos hablado en este blog de la importancia de los sentidos a la hora de disfrutar el vino. Y es que el vino se disfruta con la vista, con el olfato, con el gusto, con el tacto y ¡hasta con el oído!
En numerosas ocasiones, además, os hemos invitado a desarrollar y afinar vuestros propios sentidos ya que eso mismo os hará profundizar en la experiencia. Precisamente, en el post de hoy, vamos a ahondar en esta idea.
Entrenar nuestra vista, nuestro olfato y nuestro gusto no sólo es posible, sino que es está al alcance de cualquiera. Bien es cierto que algunas personas cuentan con unos sentidos privilegiados como punto de partida ya que, por obra y gracia de la genética, sus umbrales de la percepción son mucho más amplios. Pero todos aquellos que se mueven dentro de los parámetros normales tienen mucho margen para mejorar.
La cata, el “entrenamiento del vino”
Trabajar en afinar nuestros sentidos tiene la misma ciencia que casi cualquier otro campo en el que queramos adentrarnos y formarnos: se entrena practicando, que en el caso que nos ocupa es sinónimo de “catando” (que, como bien sabéis, no es lo mismo que “bebiendo”).
Si la práctica es el primer elemento a considerar, el segundo que citamos es la paciencia, que viene acompañado del tercero: la constancia. Y es que os daréis cuenta de que inmediatamente después de descubrir nuevos matices, un abanico de aún más amplio se abrirá en vuestro horizonte. ¡No hay premio sin esfuerzo!
Entrenar la vista
El disfrute del vino, como bien sabéis, comienza en la fase visual. Al igual que no es lo mismo catar que beber, tampoco es lo mismo mirar que ver, ¿verdad?
El primer paso es que, si no lo habéis hecho ya, evaluéis si sufrís alguna limitación visual porque, por ejemplo, tengáis algún grado de daltonismo o alguna otra anomalía que haya recomendable el uso de lentes correctoras.
La mejor manera de avanzar en la evaluación visual de un vino es prestar especial atención durante esta fase y comprar entre distintas variedades para así apreciar más claramente los atributos de cada una.
Entrenar el olfato
Uno de los extremos que más llama la atención a los que se inician en el disfrute y conocimiento del vino es ver cómo los más avezados huelen el vino y enumeran, a continuación, los aromas que han encontrado. Llegar hasta ahí, requiere, como ya hemos dicho, algo de práctica.
Para reconocer un aroma, debes tenerlo archivado en tu memoria y para identificarlo, te ayudará familiarizarte con el vocabulario de las familias olfativas.
Una buena forma de avanzar y practicar en este sentido es adquirir un set de aromas. Se venden en estuches y, si hacéis una búsqueda rápida, veréis que el abanico es amplio, tanto en cantidad como en calidad. Nuestro consejo es que os hagáis, como inversión, con uno de calidad contrastada.
¡Y recordad! El olfato no sólo se entrena oliendo vino. Si haces un esfuerzo consciente por prestarle un poco de atención a todos los estímulos olfativos que encuentras a tu alrededor (alimentos, perfumes, flores…) verás cómo, poco a poco, se abrirá ante ti un nuevo universo de sensaciones.
Entrenar el gusto
Como se suele decir, por último, pero no por ello dándole menos importancia, nos ocupamos del entrenamiento del gusto.
Un buen punto de partida para afinar el sentido del gusto es comenzar a observar cómo funciona y qué parte de la boca percibe cada sabor para, de esta manera, poder diferenciarlos con mayor facilidad. La dulzura te llegará por la punta de la lengua, la acidez a través de los laterales y los taninos los detectarás la parte interior de la boca y por la sensación astringente que deja después de tragar.
Compartir la experiencia
Una manera de dar pasos en este sentido son las catas de iniciación o los grupos de cata: quizás en tu localidad exista alguno de estos grupos en los que puedas compartir la afición con otras personas.
Además, espacios como este y muchos otros te ayudarán a acercarte al universo del vino con un enfoque accesible y relajado. Al fin y al cabo, como reza el título de este post, se trata de disfrutar del vino, más y mejor.