¿Crees que hoy elaboramos el vino igual que lo hacían nuestros abuelos? ¿Y como hace 1.000 o 2.000 años? Pues sí… pero no.
Teniendo en cuenta que existen evidencias de que el hombre ya tomaba vino hace la friolera de 7 milenios, uno puede llegar a pensar que en lo relativo a la producción y al consumo de vino todo está más que inventado.
Pues bien, nada más lejos de la realidad: la industria vinícola, como muchas otras, no es ajena a los cambios tecnológicos. De hecho, las innovaciones que se han sucedido en los últimos años y las que están por llegar en los que años venideros prometen revolucionar por completo nuestra manera de relacionarnos con el vino. ¿Os lo imagináis?
Para muestra, un botón. O más bien, unos cuantos: hemos recopilado algunas de las innovaciones más significativas que han aparecido en el sector en los últimos tiempos.
Innovaciones en la producción
Como ya os hemos adelantado, los fundamentos de la elaboración tradicional siguen siendo los mismos en la actualidad que hace miles de años. Es decir, el zumo de uva se transforma en vino mediante un proceso de fermentación. Pero lo cierto es que gracias a la tecnología los procesos de producción han ganado, y mucho, tanto en complejidad como en eficacia. ¿Quieres saber cómo?
La revolución tecnológica se deja notar desde el mismo comienzo del cultivo. Los avances permiten hoy monitorizar completamente las viñas (el suelo, las cepas, la uva) y conocer, mediante sensores, su estado con un alto grado de precisión en cada momento: temperatura, humedad, maduración, infecciones…
Además de proporcionar toda esta valiosísima información, la tecnología se alía, además, con el medio ambiente y la sostenibilidad, permitiendo la producción ecológica y la significativa reducción de la emisión de gases nocivos a la atmósfera. Por si eso fuera poco, la aparición de los drones también ha supuesto grandes avances en el control de grandes terrenos.
Y la tecnología sigue jugando un importante papel hasta el final del proceso: la fermentación está más controlada ahora que nunca (incluso se ha experimentado con éxito con la fermentación en frío) y, como podéis suponer, las condiciones de conservación de la bodega están tan supervisadas como las de la viña donde maduró la uva. Como veis, aunque en lo esencial todo sigue igual, todo está cambiando.
Software para beber vino: consumo con valor añadido
Hoy en día, quien más y quien menos tiene en su teléfono un buen puñado de aplicaciones que nos facilitan la vida en muchos aspectos. Como cabía esperar, los desarrolladores de aplicaciones tampoco han dado la espalda a la industria vinícola y no son pocas las herramientas informáticas de las que se puede valer el consumidor para optimizar su experiencia.
Por ejemplo, cualquier aficionado, aunque no tenga un conocimiento profundo, puede tomar una decisión de compra inteligente si lleva un smartphone en el bolsillo. Vivino y Delectable son algunas de las muchas aplicaciones que sirven para ello: con solo escanear la botella que tenemos delante, la app nos devolverá la valoración y las opiniones y reseñas de otros usuarios. A posteriori, nuestra opinión también ayudará a otras personas. Interesante, ¿verdad?
Puede que una vez efectuada la adquisición, surja otro dilema. ¿Es el momento de descorchar esta botella o mejor espero? Sublivin es la inteligencia artificial que te ayuda a evaluar el potencial de cada referencia y sacarle el mejor partido.
Y… ¡atención, solteros! Si no tienes pareja pero sueñas con brindar con un buen caldo con tu alma gemela, Vinealove puede ser tu aliado. Es una red de contactos para los amantes del vino y su lema es “Donde no hay vino, no hay amor”. ¿Te lo esperabas?
Nuevas técnicas de mercadotecnia
Por último, nos detenemos en los avances y las últimas tendencias de las que se vale el vino para llegar a nuevos consumidores o afianzarse en nuevos mercados.
Si sois observadores, habréis notado grandes cambios en el etiquetado e incluso en la denominación de muchas referencias y es que, cada vez más, la botella habla de la personalidad del vino: los hay tradicionales, jóvenes, clásicos, irreverentes, evocadores…. Y eso, cuando el vino viene en botella, ya que también se puede comprar por ejemplo, enlatado o envasado (nunca mejor dicho) en el vaso de vino en el que se va a consumir.
Como seguro ya sabéis, la forma de disfrutar del vino hace mucho tiempo que no se agota en el acto de beberlo servido en una copa sino que va mucho más allá: experiencias sensoriales, catas y formaciones, visitas a bodegas (la mejor manera para conocer todos los avances que hemos señalado de primerísima mano). Y todo lo que está por llegar y que, hoy en día, ni siquiera podemos imaginar.