Si quisiéramos describir al valenciano Jesús Terrés, sería difícil saber por dónde empezar. Director de la Guía Hedonista, primer proyecto editorial de la Agencia VG, donde ejerce el papel de lead designer; escritor habitual en la Revista GQ sobre estilos de vida y tendencias; cronista gastronómico en Condé Nast Traveler; colaborador en Vogue; viajero incansable; gozador de comidas y vinos… Sin embargo, cuando Jesús comienza a hablar, descubrimos rápidamente las claves de tanta actividad creativa.
“Hay una tradición bonita, que es, cuando nace un hijo, comprar un vino de ese año, y cuando tiene 18 años regalárselo. Porque un vino representa lo que pasó ese año”. Según esta tradición que recuerda Jesús, podría parecer curioso que se haya quedado prendado de 1982, cuando apenas tenía cinco años. Pero precisamente esa sensación de ver todo por primera vez, como lo hace un niño, es lo que representa para él esa añada.
“Fue un momento de eclosión. De eclosión creativa. La gente estaba descubriendo medios para comunicarse nuevos”. La década de los 80 representa sobre todo el “¿Por qué no?”, esa mirada infantil para la cual no hay nada imposible. Una mirada ávida de novedades, de descubrimientos, de libertad. Porque los movimientos que nacieron en esa época, como la Movida madrileña o la agitación cultural valenciana en torno a la Nau y al cómic, no reconocían fronteras ni límites para expresar todo lo que querían contar.
En la actualidad los 80 se ven a través de la nostalgia, como en la serie Stranger Things, comenta Jesús. Pero él no comparte exactamente esa visión. Lo importante de esa década no es su estética o el simple hecho de que fuéramos niños o jóvenes y añoremos ese tiempo. Él se queda con la emoción sincera de descubrir sin límites, que aplica día a día, en su trabajo, en sus artículos. “Es lo que yo trato de mantener. Esa capacidad de sorpresa y de emoción”.