Regalar vino es un clásico por un motivo fundamental: es, casi siempre, una buena idea. Si a la persona que va a recibir el regalo le gusta el vino, es difícil equivocarse obsequiándole con una botella y si no es una persona que pueda o le guste beber vino, habrá multitud de ocasiones en las que le sirva para agradar a sus comensales con una buena botella.
Con el vino se puede decir ‘gracias’, ‘felicidades’, ‘te quiero’. Una botella de vino es el detalle perfecto para el anfitrión que te abre las puertas de su casa. O puede ser una manera de llevar el sabor de tu tierra hasta los hogares de los amigos que viven lejos.
Ahora bien, regalar vino no debe significar regalar cualquier vino, ni siquiera uno bueno, sin más consideraciones. Esto es así porque, precisamente por deferencia a la persona que va a recibir el regalo, la botella debe escogerse teniendo en cuenta a su destinatario.
Y es que, aunque, como ya hemos indicado, el acto de regalar vino suele ser un acierto por sí mismo, nuestro objetivo debe ser siempre el de superar las expectativas. ¿Sabéis cómo conseguirlo? Para ayudaros a alcanzar esta meta y dar con la referencia perfecta, os dejamos algunas recomendaciones:
El precio
Un buen punto de partida puede ser el establecimiento de un presupuesto: saber en qué rango de precios nos movemos acotará las posibilidades. Como ya hemos indicado, el precio no es, ni mucho menos, un reflejo directo de la calidad del vino ya que en su determinación influyen muchos factores.
El tipo de vino
Si conoces los gustos del anfitrión, sabrás si tiene predilección por un tipo de vino u otro, o por los vinos de una determinada región o varietal. A falta de esta información, puedes tener en cuenta también la época del año en la que realizas el regalo (por ejemplo, el verano llama más a los blancos mientras el invierno hace lo propio con los tintos).
La añada
Ya conoces la importancia de las añadas así que no dejes de consultar su tabla de clasificación: sin ser determinante por sí misma, la buena elección de la añada puede marcar la diferencia entre adquirir un vino bueno o un vino excelente.
Estuches de regalo y formatos especiales
La presentación es determinante en todo regalo, aporta un valor añadido. En el caso de los vinos, podrás encontrar estuches preparados a tal efecto (que incluyen varias botellas, o una botella y algún accesorio como un decantador, un termómetro o un set de copas), o puedes componer tu propio kit. Otra buena idea es optar por regalar algún formato especial, como el mágnum.
Un vino para cada persona
A la hora de afinar en la elección del vino, es imprescindible tener en cuenta el carácter y los gustos del destinatario. Por razones obvias, cuanto más conozcas a la persona a la que va dirigido tu regalo, más fácil te resultará esta tarea, incluso arriesgar con vinos novedosos o “interesantes” para disfrutarlos y conocerlos juntos.
Puede que, aunque no sepas exactamente por dónde caminan sus gustos específicamente en lo relativo al vino, puedas adivinarlos. Por ejemplo, si se trata de una persona muy golosa, es fácil que aciertes con un vino dulce mientras que si, por el contrario, le gustan los sabores fuertes (como el café solo sin azúcar), posiblemente disfrute más de un vino intenso. Ya sabéis que los vinos, como las personas, tienen su propia personalidad: la clave está en buscar la compatibilidad de caracteres.
En todo caso, si no tienes suficientes datos para tomar una decisión personalizada y no quieres arriesgar, nuestro consejo es que apuestes por los valores seguros como la D.O.Ca. Rioja.
¡Una norma de etiqueta! Cuando regalas un vino debes tener en cuenta que se trata, precisamente de un regalo. En consecuencia, no debes esperar, ni mucho menos, que quien lo recibe abra la botella para compartirla contigo. De hecho, si te invitan a comer o a cenar y llevas vino, es una norma de cortesía recordar al anfitrión que no está obligado a descorchar la botella.
Si estás decidido a regalar una botella de vino a tu pareja, a un familiar o a un amigo esperamos que nuestros consejos te ayuden a realizar la elección adecuada. ¡Suerte!