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El vino como inversión

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No sólo sucede que la calidad de algunos de los mejores vinos del mundo aumenta con el paso del tiempo: también lo hace su valor económico. Es por ello que el vino se ha convertido en un activo interesante a la hora de buscar rentabilidad a los ahorros y, por ello, no son pocas las personas que optan por invertir en vino de forma alternativa o complementaria a otras opciones como la bolsa, el oro, las antigüedades o el arte.
El vino como inversión - Bodegas Montecillo
Decidirse por invertir en vino presenta algunas ventajas. Una de las principales es que se trata de un mercado generalmente rentable y bastante estable en relación a los avatares de la economía. Además, no es necesaria una gran inversión para comenzar.
En el otro lado de la balanza, los buenos resultados de la inversión en vino no llegan de la noche a la mañana: se trata de inversiones rentables a largo plazo en las que el tiempo de espera para vender en óptimas condiciones puede ser de 5, 10 o incluso 20 años. Conviene desconfiar, por tanto, de cualquier promesa de enriquecimiento en un corto periodo de tiempo.
Invertir en vino tampoco significa comprar vino y almacenarlo por un periodo de tiempo indefinido con la esperanza de que se multiplique su valor. ¡Recordad que el vino tiene fecha de caducidad!
Además, y valga la ironía, el mercado del vino es un mercado “poco líquido”. Esto significa que en el caso de que el inversor quiera deshacerse de su inversión necesitará un cierto tiempo para conseguirlo. Ahora bien, con dedicación y tiempo, la inversión del vino puede ser una actividad que aporte muy buenos resultados.

El valor del vino

Ya hemos visto que el paso del tiempo es uno de los factores que influyen en la revalorización del vino, pero no es el único. Otros factores a considerar son:

  • La escasez de unidades. Por ejemplo, cuando hablamos de vinos de autor o, simplemente, de producciones que se han consumido.
  • La excepcionalidad de una añada y de las críticas recibidas.
  • La “historia” de la botella. Son precisamente las botellas con historia las que más alto valor llegan a alcanzar el mercado, por ejemplo, porque hayan pertenecido a un personaje relevante o porque se hayan producido en un momento importante (como en el año de una guerra). En este caso, como veis, la calidad del vino es un aspecto secundario: de hecho, las botellas con historia están destinadas a no ser abiertas nunca.

Algunos consejos para invertir en vino

Si lo que se busca es comenzar a invertir en vino con el objetivo de lograr una rentabilidad económica, el primer paso es, obviamente, el de conocer el mercado. Como otros activos, es importante saber que los vinos cotizan y se revalorizan y cómo lo hacen. Por ejemplo, los distintos índices Liv-ex representan la cotización de los vinos de calidad más demandados.
Como en cualquier inversión, se puede tomar una opción conservadora o elegir arriesgar. Para comenzar, un buen consejo puede ser el de empezar por invertir en valores seguros (grandes bodegas, marcas establecidas) y, a medida que se profundice en el conocimiento del sector, empezar a correr más riesgos explorando nuevos mercados o nuevos productos.
Es importante, además, efectuar cualquier transacción con seguridad y garantía, evitando fraudes o falsificaciones, comprando siempre a fuentes de confianza, exigiendo certificaciones de procedencia y contratando un seguro que cubra posibles accidentes o eventualidades.
Respecto al formato, son los grandes vinos (mágnum, jeroboam…) los favoritos de los inversores por ser los más exclusivos. Si se compran botellas de tamaño estándar (75 cl.), se suelen adquirir en lotes y raramente de forma individual. Es posible, además, comprar el vino en barrica, antes incluso de ser embotellado.
Además, hay profesionales que te podrán orientar sobre cómo invertir y en qué y con los que podrás contar para contratar el servicio de almacenamiento del vino en las óptimas condiciones de guarda si no cuentas con medios para ello. También existe la posibilidad de invertir en carteras o en fondos de inversión. Y no sólo se puede invertir en vino en formato físico sino también en viñedos o industrias vinícolas.

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