Una vez explicado el nivel más juvenil, por envejecimiento, de los tipos de vino certificados por la D.O.Ca. Rioja vamos con el siguiente nivel: Crianza.
Hoy tenemos un ejemplo dentro de nuestra gama de vinos de esta categoría. Veremos lo que exige el Consejo Regulador a las Bodegas de la D.O.Ca. Rioja y lo que nosotros aplicamos a Montecillo Crianza.
Requisitos
Comencemos por aclarar un detalle importante: los requisitos no sólo entran en los periodos que tiene que estar el vino en crianza (al menos dos años desde el 1 de octubre del año de la cosecha de que se trate). También entran hasta en el tamaño de la barrica, 225 litros, donde los tintos deberán permanecer un año mínimo. En cuanto a los blancos y rosados, 6 meses, complementado con el envejecimiento en botella.
Esto es porque para la D.O.Ca. Rioja es muy importante la calidad de los vinos que etiqueta, siendo este tamaño de barrica ideal para la calidad de nuestros vinos, más capacidad podría generar vinos más insípidos y muy maderizados.
Tiempo en barrica
También entra en las fechas desde las que se contabiliza la crianza para que no haya distorsiones contables. También para que unas Bodegas no lo hagan de una manera y otras de otra.
Aquí la armonización es fundamental. Hay que aclarar que estamos ante una regulación de mínimos, es decir, no puedes estar por debajo de estos requisitos, pero sí superarlos el que lo estime conveniente.
Nosotros lo estimamos conveniente. Nuestro Montecillo Crianza pasa 18 meses en barrica seminueva de roble americano de altísima calidad. Es decir, no sólo cumple sino que supera por 6 meses las condiciones impuestas por la normativa.
En la fase de crianza en botella, la ausencia de oxígeno hace que disminuyan los aromas primarios de la uva. Después, van apareciendo los aromas terciarios propios de la crianza que aportan al vino complejidad. Además se pule la sensación tánica en boca y por lo tanto se reduce la astringencia del vino haciendo que sea más suave y fino al paladar. El vino sale al mercado cuando la enóloga cree que tiene las condiciones óptimas para su consumo, resultando fino, equilibrado y redondo.
Tipo de barrica
Te habrás dado cuenta que utilizamos barricas de madera seminueva. Esto es otro tema importante y que muchas veces se pasa por alto. Quiere decir que ya ha sido usada en el envejecimiento de otros vinos, en nuestro caso suelen ser de segundo o tercer uso. La razón detrás de esto es que así resulta menos invasiva y por lo tanto generan tintos más frutales. Así, los aromas avainillados, provenientes de la crianza en madera, se integran con el vino y este resulta equilibrado.
Tiempo en botella
Después del paso por madera el vino es criado en botella otros 6 meses antes de salir de bodega. Este “descanso” en botella es fundamental, además de ser una nuestra seña de identidad y que nos diferencia del resto. Ayuda al vino a estabilizarse sin estar sometido al intercambio de sabores con el roble y llega al consumidor de manera óptima.
Todo ello con el objetivo de conseguir una de las mejores combinaciones de tempranillo y graciano que se dan en la Rioja Alta. Sin este tiempo de botella al mercado saldría un tinto demasiado crudo y maderizado. Con este descanso en botella nos aseguramos que lo podáis disfrutar en plenitud. Lanzamos al mercado un vino muy pulido que destaca por ser equilibrado, fino, freso y floral.
Un vino tiene que saber a fruta, eso que no se os olvide.
