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¿Qué hacer cuándo nos dan a probar vino en un restaurante?

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Para muchas personas, el ritual que sigue al descorche de una botella en un restaurante es un completo desconocido.
Si no estás familiarizado con el procedimiento, es posible que te parezca un poco abrumador. ¿Qué se espera que haga cuando el camarero me enseña la botella? ¿Y cuando me sirve un poco de vino para catar? ¿Debo mover la copa? ¿Debo oler el vino? ¿Y si lo pruebo y no me gusta?
Qué hacer cuando nos dan a probar vino en un restaurante - Bodegas-Montecillo
Para todos los que no sepáis cómo actuar en un restaurante ante esta situación, hoy vamos a arrojar un poco de luz. Así, una vez que el sumiller te sirva una copa y espere tu veredicto, sabrás exactamente lo que tienes que hacer. ¡Es mucho más fácil de lo que parece!

El protocolo

Lo primero que debes conocer son los pasos que siempre se repetirán, como si de un ritual se tratase, cada vez que pidas una botella de vino en un restaurante:

  • El sumiller te presentará la botella.
  • Procederá a descorcharla y dejará el corcho en la mesa.
  • Te servirá un poco de vino.
  • Esperará tu aprobación para servir al resto de comensales.

El objetivo

Es importante que sepas que todo este ritual tiene una finalidad: la de evitar malentendidos, comprobar que la botella que llega a la mesa es la misma que espera el comensal y que el vino se encuentra en perfecto estado.
Sabiendo esto, te será mucho más fácil saber lo que se espera de ti en cada una de las fases.

La presentación de la botella

El sumiller traerá la botella y la expondrá ante la persona que la ordenó. En este momento, esa persona debe comprobar que la botella que tiene ante sus ojos se corresponde específicamente con la que había pedido. También debe comprobarse que la añada es la que se solicitó.  

El descorche

Si la botella se corresponde con lo esperado, el sumiller procederá a descorcharla y dejará el corcho sobre la mesa. Recuerda lo que ya indicamos en este mismo blog cuando hablamos sobre la importancia del corcho: al abrir una botella, sólo debe estar manchada la parte que tiene contacto con el vino. Si observáis que está manchado también por los laterales, ya tenéis un indicativo de que el contenido de la botella puede no haberse conservado correctamente.

Comprobación olfativa

Habréis observado que inmediatamente después de que el camarero sirva el vino en la copa, algunas personas realizan un giro de muñeca: este movimiento ayuda a que se oxigene el vino. Es suficiente con que el líquido gire tres veces sobre sí mismo.
Entonces llega el momento de comprobar visualmente que no presenta turbiedades y de olerlo. En este punto, puede que recibas muchos aromas (fruta, madera, especias) que serás capaz de reconocer con mayor o menor tino, pero a lo que realmente debes prestar atención es a la presencia de algún olor inesperado: a cartón, a vinagre, a químicos… Si esto sucede, indícaselo al sumiller. El vino puede estar defectuoso por varios motivos, aunque te tranquilizará saber que no es muy común que esto ocurra. Será suficiente con oler el vino una única vez.

Probar el vino

La comprobación definitiva de que el vino está en buen estado la realizaremos a través del gusto. Aquí también podemos percibir sabores que no se esperan de un buen vino que se ha conservado correctamente. Por ejemplo, algunos hongos provocan que el vino tenga un sabor como a corcho o podemos encontrar que el caldo se ha ‘picado’ o avinagrado.
Se puede dar la situación de que no estés plenamente seguro sobre si el sabor de un vino es el correcto o no. Si esto sucede, pide al sumiller que te ayude a salir de dudas.
Si tu gusto o tu olfato te dice que el vino no está en buen estado, puedes pedir que se retire la botella y se sirva otra nueva sin ninguna objeción.

La temperatura

La semana pasada os hablamos de la temperatura del vino y de por qué es tan importante. Pues bien, ¿qué mejor momento que este para poner en práctica tus conocimientos?
Después de la cata sabrás si el vino ha llegado a la mesa a la temperatura adecuada: si crees que está demasiado caliente, no dudes en pedir una cubitera. Como ya os explicamos, esto se aplica también al vino tinto: si la temperatura ambiente es de 30 grados, acabarás por tomar el vino a mayor temperatura de la recomendada así que no dudes en utilizar la cubitera para mantenerlo a su temperatura ideal.

¿Y si el vino no me gusta?

Puede que tengas sobre la mesa la botella de vino que habías ordenado, que se encuentre en buen estado pero que la hayas probado… y no responda a tus expectativas. Y ahora, ¿qué?
En caso de que el vino no te guste, no tendrás derecho a devolver la botella. Por supuesto que no estás obligado a beberte un vino que no te guste de la misma manera que no tienes que acabarte un plato que no te resulta apetitoso. Podrás pedir que te retiren la botella de la mesa y que te traigan otra, pero tendrás que pagar por ambas.
Para evitar esta situación, aprovéchate del saber del sumiller y no temas en hacerle cuantas preguntas sean necesarias y en pedirle asesoramiento para encontrar el vino que mejor se adapte a tus gustos, a la comida que has pedido y a tu presupuesto. Es posible que, aun así, alguna vez realices una decisión equivocada pero ya sabes lo que se dice: ¡quién no arriesga, no gana!

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