El ritual del vino comienza
El más sencillo de su especie y todo un clásico entre los clásicos, pero para utilizarlo y salir triunfante se requiere tanto maña (para conseguir que el corcho no se deteriore) como fuerza (para conseguir sacarlo).
El sacacorcho de rosca
Aunque también requiere aplicar cierta fuerza, necesitarás, en todo caso, bastante menos que con el sacacorcho en forma de T. Es más sencillo y efectivo.
El sacacorchos de alas
Muy popular en los hogares gracias a la extrema facilidad de uso, al alcance de cualquiera ya que, en este caso, no hace falta que tengamos ni mucha habilidad ni mucha fuerza. Mientras el tirabuzón va clavándose las “alas” van subiendo; al bajarlas, el corcho sale fácilmente del cuello de la botella. Por ponerle un pero, ocupa bastante más espacio que el siguiente modelo que nos ocupa.
El sacacorchos de dos tiempos
Es el más común y el preferido entre los profesionales ya que, una vez superado un cierto periodo de práctica, resulta fácil de usar, ocupa muy poco espacio y, además, incluye el corta cápsulas en su propia estructura. Se le llama “de dos tiempos” porque la empresa requiere de dos movimientos: primero, el de enroscar el tirabuzón y, después, el de sacar el corcho haciendo palanca con uno de los extremos.
El sacacorchos de láminas
Es el único que ni daña el corcho ni altera el vino por lo que su uso es especialmente interesante para descorchar botellas de añadas antiguas. Eso sí, en contrapartida, es el más complejo de usar. ¡Requiere entrenamiento! Consta de dos láminas paralelas, una un poco más larga que la otra, de forma que el corcho queda atrapado entre las dos y se saca girándolo lentamente.
Sacacorchos de palanca
“Dame una palanca y moveré el mundo”, dijo Arquímedes y estamos seguros de que estaría más que satisfecho si contase con uno de estos sacacorchos. Suelen estar presentes en bares y restaurantes aunque cada vez son más populares también en ambientes domésticos. Su principal baza es la facilidad de uso (únicamente hay que bajar y subir la palanca y ¡alehop!) pero bien es cierto que ocupan bastante espacio y que muchos modelos requieren de un espacio fijo al que anclarlos.
El eléctrico
Entre los sacacorchos eléctricos encontramos muchos modelos y diseños, pero todos tienen en común que permiten abrir cualquier botella sin ningún esfuerzo, de forma rápida y efectiva, con sólo pulsar un botón. Funcionan a pilas o por batería y son una buena alternativa como regalo práctico y sofisticado para un amante del vino.
De aire comprimido
Funcionan con un concepto diferente al mecánico del resto de modelos, ya que introducen aire comprimido en la botella hasta que ésta se descorcha por presión. Aunque es de uso sencillo, lo cierto es que no es muy popular ya que el aire comprimido puede alterar las propiedades del vino.
¿Y si no tengo sacacorchos?
Tener que abrir una botella de vino y que el sacacorchos se estropee o simplemente, que no aparezca por ninguna parte, puede ser un verdadero fastidio. Aunque ciertamente no es lo ideal, cuando te veas en una de estas situaciones, antes de tirar la toalla prueba a agudizar el ingenio. Si en un momento dado no tienes un sacacorchos a tu alcance, puedes intentarlo con un tornillo y un alicate o, si tampoco tienes, un cuchillo con punta y un poco de habilidad y paciencia será todo lo que necesites.
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